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CONSUMO DEL TEQUILA
El
Caballito.- Es el nombre que se le
da al vaso tequilero y que actualmente es de vidrio, en forma cilíndrica con
cierta angulación que hace que la boca sea más ancha.
El origen de llamar "caballito" a este vaso, se remonta a la época de los
hacendados que tenían posesión de tierras agaveras y acostumbraban salir a
caballo a supervisar los trabajos del campo. Generalmente llevaban consigo dos
"guajes", en uno agua y en el otro tequila.
También tenían la costumbre de llevar colgado al cuello, un cuerno de bovino
recortado y ahuecado, que utilizaban para beber el tequila a la usanza de
entonces, esto es, de un solo golpe. Cuando se les preguntaba la razón de llevar
el cuerno colgado, contestaban: "Es p'al tequila en el caballito"
Tequila, sal y limón.-
Esta costumbre fue adoptada por los amantes del tequila, casi desde sus inicios,
y según los enterados tenía una razón de ser. El proceso muy artesanal para
obtener el aguardiente de las mieles del agave, que se obtenía a principios de
los 1800's, era sumamente fuerte en alcohol y congéneres de la destilación, por
lo que al ponerlo en la boca resultaba muy agresivo. Para hacerlo más "abocado",
se recurría a dos elementos auxiliares: la sal y el limón.
En efecto, cuando colocaban la "pizca" de sal dentro de la boca, ésta producía
una mayor salivación que contribuía a disminuir el impacto quemantes de la
bebida. Al pasarlo por la garganta, e inmediatamente chupar el limón, éste jugo
cítrico aliviaba el escozor que se sentía en la garganta.
En los años 30's (1900), hubo una terrible epidemia de influenza en el norte del
país y más sensiblemente en el estado de Nuevo León y ciudad de Monterrey.
Gracias a que un famoso médico de Monterrey tenía la sana costumbre de tomar su
tequila con limón y sal antes de los alimentos del mediodía, aparentemente
resistió el ataque de la epidemia y lo atribuyó a su costumbre de beber su
tequila, por lo que "recetaba" a sus pacientes esta medicina, teniendo como
resultado una rápida disminución de enfermos en su comunidad.
La Sangrita.-
Este popular acompañante del Tequila, tuvo su origen en Chápala, Jal. Hace cerca
de 60 años. El Sr. Edmundo Sánchez, era propietario de un restaurante en el area
turística de Chápala. Además de que junto con su esposa eran conocidos por
servir ricos antojitos, también lo eran porque don "Mundo", como le llamaban sus
allegados, servía un tequila que él mismo preparaba a la usanza de los pequeños
hornos de piedra.
Como ese tequila era de preparación rudimentariamente artesanal, era fuerte y
tufoso, por lo que la señora Sánchez solía poner en la mesa rebanadas de frescas
naranjas, sal y chile rojo en polvo, mismas que eran usadas como acompañantes
del tequila por el Sr. Edmundo y sus invitados y comensales, para contrarrestar
los efectos quemantes del alcohol.
Fue tal el éxito y aceptación de este concepto, que visionariamente el Sr.
Sánchez pidió a su esposa, que en lugar de poner las rebanadas de naranja en un
plató, mejor les exprimiera el jugo en una jarra y les agregara la sal y el
chile en polvo, adquiriendo la bebida un apetecible color rojizo, que
posteriormente le valió el título de Sangrita.
Hoy en día la Sangrita que se sirve en la mayoría de los restaurantes, dista
mucho de ser esa Sangrita, orgullo de la señora viuda de Sánchez, quien a la
muerte de Don Edmundo y apoyada por su hijo del mismo nombre, industrializó tan
popular y tradicional bebida. Esa "otra" Sangrita es elaborada con la
creatividad de cada bartender a base de tomate, picante y limón. Y bien, como
dicen por ahí que "en gustos se rompen géneros", la Sangrita sigue siendo una
buena acompañante del Tequila, y se pueden degustar aquellas, que con un buen
balance de sus ingredientes, las hacen apetecibles y disfrutables.
Buen provecho.
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